viernes, 29 de febrero de 2008

Ropa tendida



Esclarecidos - Esclarecidos 2


Cristina estaba tendiendo la ropa en la azotea de su bloque. Mientras cogía una sábana del cesto, la colocaba sobre el tendedero y le ponía las pinzas, tarareaba una canción a la que le faltaba la mitad de la letra. Hacía varias semanas que tenía esa canción inacabada rondándole por la cabeza, así que cuando llegaba a la parte sin palabras, lo habitual era que se pusiera a silbar sólo la música. Pero hete aquí que, en aquel momento y de buenas a primeras, antes de soplar con los labios le salió su preciosa voz para cantar esto: "contrabando, traficaré contrabando de tabaco y oro para ti". Y a partir de ese instante, el resto de la letra que le faltaba a su canción inacabada salió sola.


Aquella canción se tituló Arponera y la Cristina que hacía la colada se apellidaba, al igual que hoy, Lliso. Todavía hay gente estúpida que la comparan con la de Presuntos Implicados.


En medio de la frivolidad de la movida madrileña, una pandilla de medio puretas hacían eso que se suele llamar –casi siempre despectivamente- "música adulta". No eran profesionales ni seguían moda alguna, aunque sonaban elegantes y sofisticados. Tampoco dieron muchos conciertos, porque pasaban de las trabas de la industria, así que se juntaban, simplemente, para pasárselo bien.


Después de un par de EP’s y algún que otro single, los componentes de Esclarecidos (Cristina, Fernando, Nacho, Coyan y Alfonso) fundaron Grabaciones Accidentales (GASA), una compañía discográfica independiente en la que publicaron este Esclarecidos 2, allá por 1985. Aunque en algunas webs dicen que el título del disco es la continuación de un minielepé de 7 canciones, lo cierto es que no recuerdo (siempre escribo de memoria) haber oído hablar nunca de ese supuesto Esclarecidos 1. Sí recuerdo que cuando salió este "2", hubo quien bromeó en las radios precisamente con la inexistencia de una primera parte (algo que se solía hacer mucho: el primer disco de Toreros Muertos se llamó 30 años de éxitos, por ejemplo).


GASA dio el pelotazo con el Canciones de Duncan Dhu, pero eso no impidió que sus dueños siguieran haciendo música a su bola ni, sobre todo, que sacasen un catálogo de obras variado y alternativo, desde inventos pseudo new age como Finis Africae, hasta discos de música hecha con papel o versiones raras de las gimnopedias de Erik Satie.


Hasta Esclarecidos 2, en mi mesita de noche sólo había libros, así que estas diez canciones se convirtieron en el primer disco de cabecera en mi vida. Luego vinieron otros discos, desde el Armarios y camas de La Dama Se Esconde hasta el Termitas de Pauline en la Playa o el último de PJ Harvey. La culpa la tuvieron cuatro cortes: Miles, Miles, Miles (dedicado al jazzman), Arponera, Recorrerá su piel y En plan velas. La culpa, también, la tuvo la impresionante voz de Cristina Lliso, nada perfecta porque, es cierto, cantaba como si estuviera tendiendo la ropa (la anécdota que he contando es rigurosamente verídica). La culpa, por último, la tuvo un sonido proveniente de la música de las verbenas, aires renovadores y revolucionarios de la época, y producción cutreperfecta de Paco Trinidad.


De Esclarecidos 2 se vendieron unas 5.000 copias y fue una de las referencias obligadas de los críticos de la época. Mezclaban el jazz, la bossa nova y el pop con letras misteriosas (en este disco, Bajo la nieve, marca de la casa, que se repitió en posteriores trabajos), fraseos casi indescifrables (Saxofon Night Club) y tintes humorísticos (Él dormía en un fotomatón).


Grupo de culto, líneas memorables como las que consiguieron aquí con Arponera (canción emblemática que aparece en todas las listas del mejor pop de los ochenta) o con Un agujero en el cielo (título de un posterior recopilatorio), tuvieron continuidad en otros temas sus siguientes discos: Por amor al comercio ("Por amor al comercio voy a cruzar ese puente / Por amor al comercio voy a cuidar de este dolor"), No hay nada como tú ("Espero que el parador no cierre los inviernos" o "Yo no sé qué haré / Me vendaré el corazón") , El tren azul, De espaldas a ti… en todas estas hay siempre palabras dignas de la mejor poesía.


Con el tiempo, Esclarecidos fueron pasando por diferentes etapas hasta que, influenciados (esta vez sí) por el más ruidoso Brian Eno, dieron un puñetazo en la mesa con La fuerza de los débiles, donde los loops, las guitarras y la música de baile sirven de colchón sonoro a unas letras durísimas: las grúas se convierten en hachas, los mimos del Retiro se suicidan, Mel Gibson sonríe mientras las palomitas de maíz se convierten en moras…


Lo último de ellos, o de lo que quedó de ellos, se llamó Lliso. Cristina y su hermano Nacho, Suso Sainz, Corcobado, música experimental… y, como siempre, yendo por libre.


Por Manolo Lay


Más sobre ellos:




Videoclip de la canción Apostar



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Homenaje a Esclarecidos en Youtube: bastante ñoño, pero tiene algunas fotos del grupo y usa la canción Por amor al comercio.



jueves, 28 de febrero de 2008

Mi juego favorito


The Cardigans – Best of

Seré breve. Me gustan The Cardigans. Me gusta su música, su aspecto, su país de procedencia. Me ha gustado su evolución a lo largo de los años. Podría parecer que soy una super fan pero, la verdad, tampoco es para tanto. Sin embargo, es una de esas cosas que ha estado en mi vida de manera, digamos, transversal, dejando un importante poso poquito a poco y, ahora, no puedo obviarlo. Cuando eso ocurre tienes un montón de recuerdos asociados a determinadas canciones, una letra que escuchaste justo en el momento en el que sentías lo que te dice, un estribillo que coreabas a voz en grito. Y cuando eso ocurre y te enfrentas a un disco recopilatorio del grupo en cuestión, esos recuerdos van saliendo uno a uno, sin parar, haciendo que la escucha sea mucho más que la música que pones mientras trabajas, limpias la cocina o conduces.
Así que ya podéis haceros una idea de lo que me ha pasado cuando he tenido en mis manos el Best of The Cardigans, un disco que mucho, muchísimo más que una colección de singles para cantar uno tras otro (que también), sino que supone una más que interesante aproximación a la evolución natural y coherente de la banda. Tres años han pasado ya desde su último trabajo y, aunque sea en greatest hits me encanta que estén de vuelta. En la edición doble del disco no se han dejado nada fuera. Primera parte, como mandan los cánones, colección de singles, del primero al último con algún que otro regalito. Como decía, ideal para hacer karaoke aunque lo más divertido es darte cuenta de los pequeños detalles, de cómo ha ido cambiando la forma de cantar de Nina, o la forma de estructurar sus letras, desde sus himnos más naive recordados por todos (Rise and shine, Carnival, Lovefool), hasta el sutil insulto de mujer fatal en I need some fine wine and you need to be nicer, pasando por sus pelotazos más comerciales (My favorite game, el más relevante en este capítulo sin duda). Hasta una versión que hicieron con el galés Tom Jones de Burning down the house (en un disco de duetos de Jones lleno de perlas escondidas y del que algún día os hablaré) han querido incluir. El segundo disco nos ofrece la oportunidad de tener a la mano canciones perdidas de toda su carrera. Algunas de ellas habían sido publicadas como rarezas en las versiones japonesas de algunos de sus discos, caras B y demás compilaciones (como su participación en la banda sonora del moderno Romeo y Julieta. Incluso hasta alguna que otra versión demo.
En resumen, ideal para incondicionales, como yo… más o menos.
Los discos de este grupo sueco han formado parte de mi banda sonora para la rutina de la vida. Unos me han acompañado mientras conducía en algún viaje, otros me animaban a mover el culito y quitar la grasa de la cocina y otros me ayudaban a concentrarme en el trabajo. Parece mentira que su debut tenga ya más de catorce años y más echando un vistazo a esta recopilación y dejando volar tu imaginación sentimental…
Por Rose

Digamos que lo mejor… Bueno, tal vez no sea lo mejor, pero son mis canciones favoritas:
http://www.youtube.com/watch?v=KxZ9_XlL19E
http://www.youtube.com/watch?v=TM-mOYmJRlM

Digamos que lo peor es el arte del disco, emulando (y nunca mejor dicho) la estética de los discos grabados en casa. Eso sí, el libreto merece la pena, hasta se han currado comentarios para todas las canciones (y son 46 así que no está mal).

miércoles, 27 de febrero de 2008

AND THE OSCAR GOES TO…



Once (BSO)

Once es un musical irlandés que triunfó en Sundance y además consiguió colar una canción entre los nominados al óscar a la mejor canción. El tema se titulaba Falling Slowly y no es sólo la mejor del disco sino también, y con diferencia, la que más se merecía el óscar y la que además se lo llevó (coincidencia que casi nunca ocurre). También hay que decir que el resto de las nominadas a mejor canción eran un mamarracho detrás de otro; Pero eso tampoco quita que cualquiera de ellas se hubiera podido llevar el óscar igualmente, que el voto de la academia es ciego.

Atención: En el párrafo que sigue, hay algún que otro SPOILER sobre la peli.

La película Once es un poco como la de Breve Encuentro de David Lean (Y con esto acabo de revelarlo TODO). O sea, un chico y una chica coinciden en un momento y en unas circunstancias que hacen pensar que el affair y los fuegos artificiales serán inmediatos, pero ambos están atados a otras relaciones y a otros asuntos que finalmente harán imposible que LA COSA vaya a más (Por cierto, y a modo de AQUÍ HAY TOMATE indie, tengo que decir que en la vida real los protagonistas sí que llegaron a los fuegos artificiales); Pero entre que sopesan los pros y los contras de liarse, Glen Hansard y Marketa Irglova (que así se llaman) inundan la película con unas canciones que salen en su mayoría del repertorio de Frames (el grupo en el que él canta en la vida real)

Por cierto, que Glen Hansard (que salía también en la peli de Los Commitments) es un poco el hombre orquesta: No sólo protagoniza la movie, sino que también compone todas las canciones y toca mil instrumentos. Algo así como cuando Bjork se embarcó en la maravillosa BSO de Dancing In The Dark para la (dramáticamente gratuita) película del mismo nombre. Pero a diferencia de Bjork y esa película que se le quedaba corta, la película ONCE está bastante relacionada con las vidas de los protagonistas. Ella es una cantante checa interpretando a una cantante checa y él un cantante irlandés interpretando a un cantante irlandés en una película salpicada por detalles biográficos (como, por ejemplo, el hecho de que tanto Glen como su personaje comenzaron sus carreras cantando en las calles de Dublin). La película viene a ser una biografía inventada y, de hecho, me recuerda (aunque no tenga que ver ni por asomo) a esa obra maestra de Inland Empire. En la peli de Lynch, Laura Dern no es capaz de distinguir su papel de actriz del de la vida real, así que continúa su interpretación en casa y también abre su corazón delante de la cámara. Pues en la peli de Once los actores han llevado sus vidas al cine e, igualmente, han continuado en sus vidas lo que aparentemente había terminado con la palabra “Corten”. Y no hablo sólo del romance en plan paparazzi, sino de de que él ha triunfado en su vida profesional con su banda (un éxito que en la película no se materializa pero sí se insinúa).

- José Manuel Pozo

Lo peor: Las letras, que parecen escritas por el mismísimo James Blunt (Hablo de rimas como “Raise your hopeful voice/ You have a choice”)
Lo mejor: Con diferencia, el tema que abre el disco. A varios años luz, le sigue Lies. El resto es amable, pero sin brillo. Con bajarse esas dos, más que suficiente.

martes, 26 de febrero de 2008

MI TOP 5 DE HOY

Alphabeat – Fascination:



Oí mucho hablar de este grupo, pero me parecieron demasiado horteras y no les presté demasiada atención. Aunque después esta canción se ha colado en mi cabeza y me parece de lo más disfrutable. Escuché su disco, pero este es el hit rotundo sin duda. Lo recomiendo como contraste para momentos oscuros y siniestros. Los puse mientras leía CHAPEROS, el último libro de Dennis Cooper, y la experiencia fue aterradora.


Model - To My Boy:



Me crucé con este videoclip y estos dos chicos tan jovenes me parecieron muy graciosos. Yo, que estoy super a favor de que los adolescentes dominen el mundo, creo que ya es hora de que algunos viejunos descansen y dejen paso a chicos con buen gusto. Este temazo no debe faltar en ninguna fiesta de viejunas intentando parecer jóvenes.


The Mae Shi - Run to Your Grave:



El video no le hace demasiada justicia a la canción, ya que es todo muy de mercadillo y macarra (aunque en el fondo tiene su cosa) Pero la canción es pegadiza a más no poder y podría ser masiva si apareciese en un anuncio de leche o como sintonía de algún festival de verano.


Black Kids - I'm Not Gonna Teach Your Boyfriend How to Dance:



Llevo dando la lata con esta canción mucho tiempo y nadie me la pincha nunca cuando salgo por la noche. Me encantan las dos chicas con teclado, en un grupo eso debería ser casi obligatorio. Esta canción es idónea para ligar o para robar en un supermercado.


Ashlee Simpson - Outta my head (Ay ya ya):



Esta muchacha sufre del síndrome de ‘hermana pequeña de pop star’ que se opera y hace todo lo posible por parecerse a ella. Aunque en esta canción se desmarca un poco, y tras haber escuchado 1.000 veces el burning up de Madonna, nos ofrece este super single de canción pop ligera que con una coreografía adecuada te puede reportar que te caigan unas cuantas copas gratis en los antros de moda.

Davis

lunes, 25 de febrero de 2008

MÁS VALE TARDE QUE NUNCA





THE MAGNETIC FIELDS – DISTORTION



Existen momentos para cada cosa, eso es innegable, y cada elemento tiene su momento para encontrarse con otro y fundirse en uno, eah! A veces se tienen intentos que por una razón u otra fracasan. En algunas ocasiones estas uniones son fruto del snobismo, las tendencias, la cobardía, en las otras estos encuentros felices se crean por factores que desconocemos. Quizás se han alineado los planetas en el cielo o te levantas con el pie izquierdo, como Dindán y empiezas a ver las cosas de otra manera, otra perspectiva que antes ignorabas. O simplemente tu cultura personal no te permitía ver cosas que un tiempo después sí ves.


Todo esto viene debido a mi reciente ‘descubrimiento’ de The Magnetic Fields. Para mí siempre ha sido uno de tantos grupos cuyo nombre oímos cada poco tiempo como referencia en críticas, en entrevistas nombrados como influencia de tal banda, etc. No sabemos cómo pero ese grupo que queremos escuchar algún día se nos escapa, rehúye, no conseguimos encontrarlo o, como a mí me pasaba, extrañamente lo confundía con otros nombres: siempre equivoqué a Magnetic Fields con Flaming Lips e incluso con otra banda cuyo nombre no recuerdo ahora mismo.


Por fin conseguí el disco the wayward bus & distant plastic trees, que creo son sus dos primeros discos. Me gustaron pero no conseguían agarrarme y no les hice mucho caso. Pero hace poco, escuchando camino al trabajo, en un penoso programa de Radio3, una de las canciones de este Distortion quedé finalmente atrapado por las melodías de Stephen Merrit. El por qué de esta repentina atracción puede que se encuentre en el sonido que han decidido dar a los 13 temas: casi plagiar a The jesus and mary chain y su mítico disco Psychocandy: mucho mucho feedback (como lo llaman los anglosajones), distorsión a raudales, creando una masa ruidosa de fondo llena de acoples controlados que se desplazan por la mayoría de instrumentos, no solo en las guitarras, y reverbs garajeras, mezclado ello con ciertos detalles surferos en algunas guitarras, pues Merrit se ha encargado muy mucho de la producción y las mezclas, prácticamente un año (si chicos, alguna entrevista suya me he leído, juas!).


No tengo sus discos anteriores así que no esperéis una crítica comparativa, pero este traje con el que ha querido vestir sus composiciones casan a la perfección con las melodías vocales, que son bastante parecidas a los dos primeros discos que he escuchado. Es decir, este es un disco netamente pop en sus estructuras melódicas, canciones de no más de 3 minutos, estribillos, estrofas y algún pequeño momento instrumental de transición. Como he dicho antes, esa masa ruidosa encaja perfectamente con las voces, y lo hacen por que las voces suenan totalmente cristalinas, opuestas a esa distorsión, y en ellas, en la composición de esas líneas vocales, es donde, para mí, se encuentra lo mejor de este disco. Stephen Merrit crea canciones atemporales, perfectas en su definición y en el efecto que quieren causar, ya sea en la melancólica y mi favorita 'Old fools', en la tetral 'Xavier says' o en la cómica 'The Nun’s Litany'. Todas ellas aportan algo nuevo, todas tienen algo que contar, imposible descartar ninguna. En ellas encontraremos críticas más o menos acertadas ('California Girls' es un tanto obvia), borrachos despechados, huidas desesperadas, monjas depravadas y mucha ironía.



Santeuil



Lo mejor: las melodías y las letra


Lo peor: demasiados pequeños acoples muy agudos que a veces molestan en exceso.

domingo, 24 de febrero de 2008

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

Björk-Volta

Ante todo he de confesar que, como algunos son devotos de la Virgen del Tal y del santo Cual, yo soy devota de Björk. Tengo todos sus discos, sus vídeos, sus remixes, etc. Y hasta fui capaz de conducir hasta Segovia para verla en directo este año pasado en su sublime actuación en La Granja de San Ildefonso (otra vez los santos). Cada canción suya me transporta, me sacude, me hincha el pecho, me hace llorar o reir, o ambas cosas, y me convierte en una mística loca dispuesta para la ascensión cual Santa Teresa de Jesús. Una experiencia sacra, pues, para mí, es cada obra de esta islandesa que ya desde su participación en Sugarcubes me dejó encantada y poseída por su música divina.

Muchos se preguntarán por qué he escogido precisamente su último disco, “Volta”, para hacer esta crítica. Fundamentalmente por la hermosa razón de que quizás sea uno de sus discos más controvertidos y también, sin duda, porque, por una parte, conserva aún el calor y el olor de un recién nacido y está marcado, sin embargo, por un claro propósito de retorno a los orígenes que se manifiesta en su propio título. Esa “vuelta” de Björk a sus sonidos iniciáticos se expresa en un disco alejado de los experimentos radicales que fueron, para bien o para mal, sus anteriores trabajos: un Vespertine que marcó un antes y un después en, por lo menos, mi historia de la música, en el que Björk se atrevió a acercarse a la electrónica minimalista más experimental en su colaboración con Matmos, combinada con una audaz inmersión en la más íntima, frágil y delicada belleza, desnuda en apariencia pero barroca en el corazón; sutil y arrebatada; aureolada y, sin embargo, erótica en sus letras, pura mística hecha de carne y cuerpo, Poesía Pagana como reza una de sus más hermosas canciones. Arpa, cajas de música, voces corales fueron sus herramientas en esta dulce, intensa y laboriosa construcción de la crisálida que es Vespertine y que produce, pues, auténtica seda musical.

Después, la islandesa dio el salto al lado oscuro: con Medulla pasó del cisne blanco a un negro vertebral y agónico en el que prescindió de todo lo que no fuera voz. El resultado, sin embargo, fue un poco irregular y, desde luego, poco comercial. Se trata, sin duda de su disco más denostado y ninguneado, aunque yo, como siempre, sigo a mi pastora y encuentro en él auténticas y oscuras joyas musicales.

Y, tras toda esta experimentación que la elevó a los altares (Verspertine) y la bajó a los infiernos de crítica y público (Medulla), mi música favorita abrazó el cromatismo tecnicolor tras su etapa en blanco y negro y regresó con esta explosión de colorido tanto exterior como interior que es Volta, un disco mucho más cercano a producciones antiguas de Björk, como el Post o el Homogenic.

¿Consigue, pues, este disco estar a la altura de estas producciones “juveniles” o alcanzar el vuelo de arcángel que es Vespertine? En mi modesta opinión de fiel devota no, porque el resultado es, tal vez, demasiado heterogéneo, como un deslabazado collar formado por piedras preciosas mal combinadas entre sí, hermosas en soledad pero no del todo bien enhebradas. Es la impresión que me causa Volta, un compendio cual museo de todos los estilos por los que ha pasado desde su Debut la finlandesa, y cuyo centro gravitatorio es la misma heterogeneidad del pasado musical de Björk.

Así, por ejemplo, tenemos su lado más tribal y su intento de acercarse al corazón salvaje de la naturaleza (parafraseando a mi adorada Clarice Lispector) en canciones como la inaugural “Earth intruders”, que abre el disco con tambores de guerra. Encontramos también a la Björk más rebelde, machacona y discotequera en “Declare independence” (una de mis favoritas, por cierto, con ese “Raise your flag” que nos recuerda lo buenas, compactas y llenas de significado que son todas las letras de Björk). Está la canción portuaria, llena de sonidos de velas y barcos propia de su inicial Debut: “Wonderlust” recuerda en música y letra ese universo de muelles y veleros. La oscuridad dolorosa cual vía crucis del cuerpo propia del Medulla la hallamos, sin duda, en “Vertebrae by vertebrae”, y el resto de canciones, aunque de manera menos evidente, nos recuerdan fundamentalmente al Homogenic o al Post y son parte de una “Björk revisited” (así “Innocence”, “My Juvenile” o “I see who you are”, por ejemplo, que en sus letras muestran a una Björk nostálgica de su propia adolescencia imprudente y feliz, y a la Björk madura y madre que aconseja al hijo adolescente o contempla el futuro en su hija recién nacida, respectivamente).

Aunque todas estas canciones me parecen perfectas y redondas como gemas, su carácter de “revival” y resumen de una trayectoria anterior las hace brillar, quizás, con menos fuerza que los antiguos éxitos a los que rinden homenaje, pero también hay novedad en este tour por la carrera de Björk que es Volta. Así, me parece sublime la incorporación de la segunda voz de Antony Hegarty, (de “Anthony and the Johnsons”) en algunas canciones, especialmente en la maravillosa “The dull flame of desire”, para mí, junto a “Pneumonia”, auténtico broche de oro del LP. También la primera de estas dos canciones remite al pasado (por musicar un poema, cosa que ya la islandesa había hecho en Vespertine, para demostrar su pasión por la poesía), pero, a mi parecer, estas canciones ya son otra cosa, no un resumen del pasado sino una mirada al futuro que la diosa del frío tiene por delante, que seguro que es fértil y puede dar muchos frutos aún (“fertile ground where it can flourish”, dice ella en “Innocence”). Como buena creyente musical de la islandesa, mi fe es, pues, ciega, pero no carece de fundamentos, pues la enraíza la calidad de todos estos temas citados y, como no, la inmensa alegría y las frescas lágrimas que, otra vez, volvieron a acompañar mis interminables escuchas de Volta. Así somos las fanáticas de la religión Björk.

Por Inesa/Azúltima

viernes, 22 de febrero de 2008

Tú yo yo somos unos genios, imbécil


The Smiths - Strangeways, here we come

Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. Oscar Wilde.

Ignoro si fue casual la decisión de rotular el último disco en estudio de The Smiths con el nombre de la prisión de Manchester. Supongo que no, porque poco o nada se improvisaba en este grupo tan dado al existencialismo como a la polémica. Más bien creo que Strangeways, here we come fue el último canto al fetichismo colectivo de un cuarteto que, como en otros y tantos, era matrimonio bien avenido en lo musical y choque de egos en lo personal. Un testamento sonoro donde, como en la genial viñeta de Pepe Medina en Público, la mujer dice "lo tenemos todo" y el marido responde "yo quiero el divorcio".

1987 fue un año brutal para los Smiths. Aparte de la retahíla de singles habitual, se publicaron dos discos recopilatorios que llegaron a pegar fuerte en los USA, se firmó un contrato supermillonario con una multinacional, llenaron conciertos en los que el único requisito para entrar era llevar puesta una de sus camisetas y, como guinda, remataron con un disco que avanzaba sonidos inéditos hasta el momento. Nunca habían llegado tan lejos como entonces, y nunca llegaron tan lejos después.

Las canciones de Strangeways…, pese a contener la misma temática de siempre en sus letras (zarpazos al mainstream, escupitajos a las discotecas, filias y fobias de todos los colores, referencias literarias, des/antiamor…) y pese a que la portada seguía la misma estética de siempre (ojo al parecido de Richard Davalos con Morrissey), la parte sonora tenía un tratamiento inusitado que, sin duda, fue cosa del inquieto Johnny Marr, quien, junto a temas marca de la casa (Girlfriend y a coma y Unhappy birthday) incorporó guitarras a lo Led Zeppelin, cuartetos de cuerda, algo de electrónica y, sobre todo en la escucha global, una variedad de registros que iban de lo más desgarrado (el final desaforado de The dead of a disco dancer) hasta lo más profundo (ay, ese piano inicial de Last night I dreamt that somebody loved me, tocado por el propio Morrissey). Por no hablar de la maravillosa (autocrítica included) Stop me if you think you've hear this one, tal vez lo más logrado y el mejor ejemplo de hasta dónde se podría haber llegado.

Desde los primeros acordes de A rush and a push and the land is ours nos encontramos ante algo diferente, tal y como reconoció la crítica musical que, como siempre, se dividió en dos bandos: el de los denostadores y el de los fieles. Sin embargo, aunque los primeros siguieron descargando todos sus truenos sobre los mitos y leyendas de la banda (a ver: alcohólicos, homosexuales, drogadictos, vegetarianos compulsivos, fascistas, necrófilos, bocazas… ¿se me olvida alguno?), el bando de los incondicionales no acabaron de asumir la novedad, probablemente porque el bacalao de la fe ciega tenía mucho que ver con la fe ciega a la figura de Morrissey y, también, porque si te derrites con una canción como This charming man es probable que quieras repetir esa misma sensación en otras mil canciones como esas, algo que Marr podían hacer sin casi despeinarse… salvo que esté hasta las narices de eso.

Eso explica que Strangeways… sea el disco del que menos se habla cuando se habla de The Smiths. Y eso explica también que el cuarteto se rompiese en mil pedazos el día que el compositor de la música dijese que le gustaba lo que hacían los New Order o Pet Shop Boys. Obviamente, a esa frase siguieron otras, sobre todo cuando el divorcio se consumó y se destaparon todas las cajas de los truenos. Uno, quejándose de que Steven Patrick era un bigmouth que disfrutaba destripando con su voz canciones concebidas como instrumentales. El otro, asegurando que eso era mentira y que nunca volvería a intentar un arrejuntamiento del grupo. Y la Warner, por su parte, celebrando que a partir de ese momento iba a tener a dos por el contrato de uno.

Justo un año después del adiós, Morrissey se convirtió en su propio mito, poniendo su rostro filtrado en la portada de su Viva Hate y saliendo medio desnudo en la contra. Su enemigo número uno de entonces, aparte de la Thatcher, empezó a participar en discos ajenos y a enrollarse con Bernard Summer y Neil Tennant para formar Electronic. Andy Rourke anduvo de pinchadiscos y grabó algo con la O'Connor y Joyce se metió en la reorganización de los Buzzcocks. Y la Rough Trade se ha seguido forrando con ellos, desde su Rank póstumo (directo de la gira de Bigmouth strikes again, con la inestimable aportación de ese chico que se parece tanto a Moon, Mr. Vini Reilly) hasta la larga lista de recopilatorios que ha venido sacando cada cierto tiempo. Desde 1987 hasta que vimos al mozzer en Benicassim ha llovido tela.

Por Manolo Lay

Video de Stop me...

jueves, 21 de febrero de 2008

Fun for me


Roisin Murphy – Overpowered

Todas esas chicas estaban ahí para enseñarme como una chica tenía que hacer las cosas, como una chica tenía que moverse y hablar y actuar en todo tipo de situaciones, incluso cuáles debían ser esas situaciones. Todas ellas querían enseñarme cosas y yo, la verdad, no me dejaba… Hasta que un día, de repente, desperté, y todas ellas estaban en mí.


Puede que esté feo decirlo pero para mí Moloko era Roisin (con permiso de Mark Brydon). Su forma de cantar y su estética eran las verdaderas marcas de la casa y las que conseguían que sus singles fueran auténticos hits. Es cierto, reconozco que gran parte del éxito de Moloko fue estar en el lugar adecuado en el momento oportuno musicalmente hablando, pero no es menos cierto que, a pesar de influencias y del pequeño boom del momento por la electrónica más comercial en el Reino Unido, siempre hicieron lo que les vino en gana.


Ruby Blue, su primer disco en solitario, despertó muchas expectativas, y muchas de ellas no fueron saciadas. Es cierto que contó con la colaboración de Mattew Herbert, y de esa nueva asociación salieron momentos de relativo fulgor. Sin embargo, la cosecha final no fue del todo satisfactoria. Yo siempre digo que se le fue la mano con el barroquismo. Porque ella lo es, es artista a todos los niveles y es barroca, pero eso trasladado a su primer experimento musical dio un resultado irregular, lleno de pinceladas de aquí y allí que juntas no siempre tenían el sentido que debiera más allá de un par de singles efectivos y previsibles en ella.


Con Overpowered ha quitado un poco de barroquismo a su música (que no a su estética, porque Roisin es mucha Roisin) y se ha limitado a firmar un disco de pop-dance, tal vez menos intimista y personal que su predecesor, pero con al menos el doble de canciones pegadizas y listas para ser un single que en cualquiera de los trabajos anteriores, incluyendo los de Moloko.
Como el disco ya tiene unos meses, digamos que me ha dado tiempo a digerirlo. He pasado de la desgana, al esfuerzo por mostrar cierto interés, a una relativa devoción y recordar las razones por las que antaño me enganché de esta irlandesa mancuniana de adopción. Te canta al oído mientras, sin darte cuenta, las bases empiezan a colonizar tu cuerpo y ya no lo puedes evitar te estás moviendo al ritmo que te marca, y punto. Y como el disco ya tiene unos meses hemos podido también comprobar su vida a través de los singles, por ejemplo, Let me know y Overpowered son dos de los temas con más presencia pero merece la pena no quedarse ahí y darle una oportunidad a la sensualidad de Primitive, a los momentos más brit-dance-femenino (tipo Sophie o Kylie) en canciones como You know me better o Body Language, hasta un ramalazo reggae-ska en Scarlett Ribbons. Unas gotitas de house, una pizca de sonido 80s (ahora omnipresente en todo lo que pega de un modo u otro, es el revival que toca), y una generosa dosis de eurodisco forman parte de su fórmula para el éxito. Y claro, su particular sustancia X, como buena supernena, mucho mucho arte.

Por Rose

http://www.youtube.com/roisinmurphytv
aquí un poco de todo, incluyendo una versión de Standing on the way of control, de The Gossip, a modo de curiosidad.

http://www.myspace.com/roisinmurphy

martes, 19 de febrero de 2008

LA SENDA DE LA AMARGURA




David Gahan – Hourglass

Este segundo (y maravilloso) disco en solitario del cantante de Depeche podría haberse apropiado del título inicial de La flor de mi secreto: ¿Hay alguna posibilidad, por mínima que sea, de salvar lo nuestro?. Y es que las 10 canciones van contando en primera persona una historia lineal y negrísima sobre un chico melancólico, agresivo y metido hasta el cuello en una relación destructiva. Voy a hacer un resumen de esta apasionante novela por entregas:

1. En Saw Something (el tema que abre el disco y también la mejor canción del mismo) un paranoico Gahan sospecha que su amada guarda un secreto pero ésta, cual esfinge, no dice ni mu.
2. En Kingdom la amada no sólo no dice palabra sino que además se encierra en casa y no abre la puerta.
3. El tercer tema es Deeper and Deeper, que nada tiene que ver con la maravillosa canción de Madonna (y sí mucho con el I Feel You de los Depeche). Aquí Gahan ya ha entrado en casa y, sin más preámbulos, quiere echar un kiki ipso facto. La chica le dice que nanai de la china y que esas no son maneras; él, totalmente fuera de sí, la amenaza con un “I´m gonna have you when I want to” . Un tema muy chulo que nunca podrá ser utilizado por el Instituto de la Mujer para ninguna de sus campañas.
4. Como en cualquier buen episodio de Perdidos, la canción 21 Days nos trae un vuelta de tortilla. Ahora es la amada la que tiene la sartén por el mango: No sólo le ha puesto los cuernos con todo kiski sino que además lo tiene totalmente atemorizado.
5. Y en Miracles el Gahan hace como Marian (la novia de Robin Hood): Cuando ve desaparecer a su amada, se acuerda de Dios. De todos modos, Gahan concluye que él es demasiado inteligente como para creerse que una cosa tan mitológica como un máster del universo (que es lo que viene a ser dios) exista, así que esta nueva vaca sagrada lo tiene entretenido muy poco tiempo. Rápidamente vuelve al DESASOSIEGO.
6. En Use You Gahan ha sufrido muchísimo más de lo que la salud le permite. Decide que es hora de hacer mutis por el foro, de acabar de enterrar esta insana relación en la que anda metido.
7. David se ha quedado más solo que la una y así nos lo cuenta en Insoluble. Pero en lugar de dar un paso adelante cual Mónica Cruz, no consigue salir de un limbo cuyos muros son las fotos de su ex.
8. En el tema Endless aparece la palabra hourglass, que no es sólo el título del disco sino también un resumen de su temática. Casi todas las canciones califican la vida de martirio y nada mejor que un reloj de arena para representar el lento transcurrir del tiempo. Sobre todo porque, si no se le da la vuelta al reloj de arena, el tiempo parece detenerse. Y eso es lo que pasa en los paisajes que pinta Gahan: Sus protagonistas están atrapados en laberintos espantosas (pero cotidianos) a los que no encuentran salida. Por cierto, que en esta octava canción nuestro protagonista encuentra una escapatoria temporal a su infierno personal: El sexo con extraños. Gahan se describe tocando la luna y las estrellas y finalmente desapareciendo en medio de orgasmos lentos, amargos y fríos.
9. David hace balance de lo transcurrido en la penúltima canción del disco y se da cuenta de que agarrarse a los extraños fue A Little Lie (tal como reza el título).
10. Down es el tema que cierra el disco y cuyo título va anunciando de qué humor anda nuestro protagonista. Pero justo cuando nadie parecía escuchar sus gritos de desesperación, aparece la sirena de su novia y, sin mediar palabra, lo abraza. La canción termina con la frase “And the world keeps turning”. Un final esperanzador que nos recuerda el primer mandamiento de los Beatles (All you need is Love) y que hace pensar que el héroe de este cuento le va a dar por fin la vuelta a ese reloj.

Por cierto, que todo lo que cuenta el disco suena a vivencia personal del ex suicida y ex drogadicto de Gahan. Y está tan bien escrito y tan bien cantado, que lo único que puedo decir es que ‘I Just Can’t Get Enough’ .

- Por José Manuel Pozo

INDIEVISION PARTE I



Pues sí, reconozco que este año el proceso de selección de los candidatos a Eurovisión me tiene muy entretenido y por momentos (por qué no) emocionado. La organización del evento, decidió que en 2008 tenían que dar un giro importante a la forma en que se elegía al representante español para Belgrado, y vio en myspace una plataforma ideal para llegar al máximo posible de público potencial, abriendo democráticamente la participación a cualquiera que quisiera presentar una canción al certamen.

Al principio lo vi simplemente como una estrategia comercial muy acertada y poco más, pero ahora, ahora todo es diferente. Los primeros candidatos eran más de lo mismo, canciones de verbena cutre, pseudo triunfitos, es decir nada alejado de lo que se ha ido eligiendo en años anteriores con calidad cero tanto en la canción como en la estética.

Pero poco a poco fue llegando la INVASIÓN INDIE. Sí, L-kan presentó su candidatura, le siguió La Prohibida, Alive, La Cola Jet Set, La monja enana, Austria, Montevideo, etc, etc, y claro LA CASA AZUL (quien no ha pensado alguna vez lo que arrasarían en Eurovisión)

Y a qué se debe que esta horda indie haya asaltado de tal forma los cimientos tan resquebrajados de Eurovisión. Razones puede haber muchas. Sobre todo, no nos engañemos, esto es de alguna manera una plataforma publicitaria innegable y ¿quién no quiere dar a conocer su música? Después, todos son grupos habituados con esa cosa tan útil pero tan fea llamada myspace, si no tienes uno no eres nadie. Y (aquí me pongo un poco blando) además, creo que mucho de estos grupos se toman esto de Eurovisión como una fiesta loca y divertida, con un punto de nostalgia y de ganas de cambiar algo en la maquinaria de la música (tan chunga) española. Y finalmente (punto ñoño total) estoy seguro de que casi todos ellos creen totalmente en sus canciones y en su calidad, en su música y en su capacidad de gustar y llegar a un público más amplio.

Por todo esto, que estén ahí compitiendo L-kan, La Prohibida, La Cola Jet Set o La Casa Azul, para mí tiene mucho significado. Se trata de la posibilidad de reconquistar el trocito que les corresponde robado por los ritmos latinos, los boleros de serie Z y la pachanga de usar y tirar. Indies al poder.

Y por unos días el sueño ha estado más cerca que nunca. Tras el colapso inicial que sufrió la web de Eurovisión, se pudo empezar a votar, y La Casa Azul se abrió paso con bastante facilidad hasta llegar al número uno con holgada diferencia. La base de fans LCA es algo que existe, sí, solo tienes que ir a uno de sus conciertos para comprobarlo. Pero a día de hoy algo está pasando. El programa de BUENAFUENTE tiene un candidato, un humorista con una canción chorra infumable que desde diferentes foros y plataformas se han propuesto convertirla en la number one. En cuestión de horas y de forma sorprendente, este candidato empezó a subir como la espuma hasta que hoy se ha colocado en el número uno quitándole por pocos votos el puesto a LCA. Y ahora parece que todo se empieza a descontrolar en esta cosa loca que es internet: acusaciones de tongo, una trama secreta para colocar en el top 5 las canciones más chungas de todas, votaciones falsas, comunicados que piden que se suspenda todo, gente indignada (bueno también las hay indignadas con la casa azul) etc, etc.

De todas formas, tranquilidad. Los 5 más votados en myspace pasan directamente a la semifinal, pero el ‘comité de expertos’ de TVE se reserva elegir a otros cinco. Esos 10 actuarán el 1 de Marzo en una gala especial en la uno, y entonces el público se tendrá que gastar la pela mandando SMS para su candidato ideal.

A estas alturas queda super claro que ‘la revolución sexual’ es mi canción preferida con mucha diferencia (seguida de cerca por la Prohibida y L-kan) y que su candidatura lo covierte en una especie de abanderado de la causa indie. Pero ¿qué posibilidades reales hay para Guille Milkyway? De momento yo veo claro que La Casa Azul acabará actuando en la gala, y tendremos un prime time para que den a conocer su propuesta. Si más tarde la gente apoya en masa el tema es otra cosa, aunque mi corazoncito indie me dice que algo puede pasar… ¡Suerte Guille!

Davis

La revolución sexual:



One Way Interrail:



Bailan:

sábado, 16 de febrero de 2008

La música electrónica: ese oscuro objeto de tendencia


Yelle – Pop-up

Voy a contaros una anécdota que viví no hace mucho en un centro comercial dedicado a la venta de cultura y otras cosas. Resulta que me encontraba junto al mostrador de la sección de música cuando me percaté de una conversación entre dos ‘modernos’ que estaban haciendo cola. El tipo A, señalando al mueble de música electrónica, le dice al tipo B: ¿Y ese? ¿El de Burial? ¿Ese está bien? ¿Mola, no? (o algo parecido). El tipo B puso cara de: ¿eihn? Y le entró el típico miedo de todo moderno (¡no sé de qué me hablan! Qué horror), para su suerte la vendedora especialista de la tienda les preguntó en ese justo momento qué deseaban. La moraleja de esta historia no es “Para ser moderno tienes que estar a la última”, si no que el tipo A (el supuesto entendido) pretendía pagar otro disco en ese mostrador, cuando todos sabemos que lo que lo usual es pagar a la salida. Si eres tan moderno como es que nunca has venido a comprar antes, petardo?!

Y no, este rollo no es para halaros del disco de Burial, (en todo caso preferiría hablaros del de Matthew Dear que mola más, ah ya, pero Burial es así super mega chachi porque ni siquiera se sabe quien anda detrás, que cool, pues a ver quién da con él para contratarlo). Bueno ya está bien, se nota que me he levantado con el pie izquierdo hoy. Ahora voy a meterme con Britney… ¡qué no! Es broma, Britney se basta ella sola para degradarse como persona y artista.


Una cosa es hablar de electrónica y otra muy distinta de electrónica que te hacer bailar (el que nombre en este instante a Simian Mobile Disco o a JUSTICE merece que le prohíban ir a la disco y tener que quedarse cada sábado viendo Se llama copla). Y de eso, de música de baile la cosa cada día anda peor. Salvo que llegue algún hitazo de la Kylie o de la Ellis Bextor, la cosa anda cortita. La música es una máquina constante de reinventarse, copiarse y reciclarse… y Yelle ha sabido hacer eso muy bien. Ésta chica belga ha dado en el clavo con su primer álbum, Pop-up. Primero partiendo de la herencia de su paisana Lio y trasladándose a Francia, donde el estilo Tecktonik estaba arrasando. La mezcla de estos dos estilos aparentemente opuestos ha dado como resultado una de los mejores discos de electrónica bailable de los últimos tiempos.

En Pop-up encontramos doce temas pegadizos. Dos grandes canciones destacan por encima de los demás Je Veux Te Voir (un hit para las pistas de baile) y A Cause Des Garçons (cuando la escuches no podrás quitarte ese estribillo de la cabeza). Pero hay más, las muy ochenteras (bueno, todas son muy ochenteras) Ce Jeu , Tristesse/Joie y Jogging, la trepidante Mal Poli, la balada Tu Es Beau, Amour Du Sol, una canción más pop que recuerda a la Fox o a Sinitta y Mon Meilleur Ami más cercana al puro estilo Tecktonik. Así hasta doce cortes, donde el recuerdo a los ochenta y Lio, una pizca del descaro de Cansei y hasta su poquito de MIA te tendrán en repeat durante al menos unos cuantos días… hasta el siguiente must proveniente de la música electrónica.

Por Dindan

Lo mejor: es un disco super pegadizo con algunos grandes temazos. No cae en el error de enfocarlo únicamente a la pista al mezclarlo con estructuras más pop.
Lo peor: las innumerables remezclas que ya rulan del mismo y que sin aditivos en el cuerpo son imposibles de escuchar o bailar.
Web oficial
Myspace
Vídeo de
Je Veux Te Voir
Vídeo de
A Cause Des Garçons

viernes, 15 de febrero de 2008

Los desiertos son las playas del futuro


Radio Futura: La ley del desierto / La ley del mar

La ley del desierto es el agua. Pero ¿la ley del mar? No es la tierra ni el barco, sino el metal, una temible vibración del espíritu: la voluntad del capitán Ahab, tendido como un arpón hacia adelante, la luz del abismo que atrae a los cuerpos. Herman Melvile, Moby Dick: "La locura humana es a menudo una cosa astuta y felina. Cuando se piensa que ha huido, quizó no ha hecho más que adoptar otra forma silenciosa y más sutil". ¿Por qué el sueño de aventura adolescente se transforma tan pronto en rigidez, y el amor en usura?


A ver cómo te lo explico. En los ochenta, la gente que amaba la música despreciaba lo que se hacía entonces y sentía nostalgia de las gloriosas décadas anteriores: unos añoraban los 70 (lo auténtico era la psicodelia y el rock sinfónico), otros los 60 (Rollings vs. Beatles) y los más recalcitrantes aún miraban más hacia atrás. También había miradas como las de Neil Tennant (Pet Shop Boys), quien auguraba un siglo XXI en el que nadie recordaría aquella década como la de U2, sino como la de Human League. Luego, vueltas que da la vida, vino el tecno de Zooropa, la versión dance de Where the Streets Have No Name y tal…

En España, la cosa iba por la movida y uno de los temas recurrentes era decidir si el mejor disco de pop nacional de todos los tiempos era La Ley o De un país en llamas, ambos de Radio Futura. Y también, si el Música moderna se podía considerar o no el primer elepé de los Auserón y cía. Luego, hasta que se disolvieron allá por el 92 (a mí me pilló trabajando en la Expo y la noticia cayó en mi oficina-tienda como una auténtica bomba), no hubo nuevo trabajo discográfico de este grupo que dejara indiferente. Y siempre la misma discusión: que si era mejor o no que el anterior, que si tenían que tirar por Cuba o volver a Roxy, que si se habían vendido o seguían siendo los mejores y los más inquietos… y así.

El disco más blanco de Radio Futura no apareció en el ranking del Especial 20º aniversario de Rockdelux, que se decantó por el tercero (¿segundo?) ubicándolo en el número 14 de lo mejor de la música española de todos los tiempos. Pues bien, mi opinión es esta: si tuviera que hacer una lista exclusiva sobre el pop-rock de nuestro país, es decir, excluyendo cantautores y flamenco, La ley del desierto / La ley del mar debería estar entre los dos primeros.

Hubo una chica que basó su tesis doctoral de fin de carrera en este disco. Estudiaba filología. Ya sé que esto puede parecer anecdótico, pero no lo es, como tampoco es anecdótico el hecho de que una de las caras del disco se titulase La ley del desierto y la otra La ley del mar. Ni que en la funda interior del disco hubiese una cita de Moby Dick. Todo encaja, todo tiene algo que ver, todo forma parte de un concepto en el que es imposible desligar el sonido de la palabra. Lejos de intentos pseudofilosóficos e inconexos, como los que puso en boga El último de la fila (con todos mis respetos: ellos también hicieron buenos discos), bastaba escuchar Tormenta de arena para saber que nos encontramos en el anverso de una moneda en la que, justo por las antípodas, tiene que aparecer necesariamente En Portugal. Todo eso, y al mismo tiempo, sin desconectarnos de la redondez de un ventilador que irradia calor y brisa marina, que se mueve por las dunas y por las olas, que contiene misterios, piratas y tesoros, asuntos turbios, viajes y pateos sobre el asfalto ardiente… en definitiva, un auténtico manual de sensaciones que te trasladan adonde quiera y al ritmo que quiera llevarte.

¿Que no? Haz las siguientes pruebas: pon Un africano por la Gran Vía y dime ¿no eres tú el negro que camina? ¿no notas la cadencia de sus/tus pasos? Ahora cambia a La ley (bang bang, hey hey) y dime ¿no sudas por miedo a perder el duelo? ¿acaso no te sientes como el malo de un spaguetti western a punto de ser abatido por Clint Easwood?

Diego A. Manrique reprochó algunos defectos a La Ley. Con cariño, lamentó que la versión instrumental de Escuela de calor no daba la talla y que Una historia de play-back salió en vinilo mucho más endeble que en los directos. Puede ser una interpretación certera, porque estos temas fueron grabados por los Auserón (Santiago y Luis), Enrique Sierra y Solrac Velázquez después de decenas de exitosas actuaciones por todo el país entre 1981 y 1983. Es, por tanto, una producción discográfica ligada a la experiencia de los escenarios y de un público que había memorizado las canciones sólo de oírlas en el Diario Pop y de pasarse las maquetas de boca en boca.

Yo sólo los vi una vez, justo después de salir De un país en llamas, en un concierto donde no habríamos más de 300 personas, y lo que recuerdo de aquello es que tuve la intuición de hallarme ante algo irrepetible, algo que rememoraría muchas veces a lo largo de mi vida. Hoy, acordándome de esto, también he recordado que quienes entonces echaron pestes de la música de los ochenta son los mismos que ahora dicen que como aquellos años no ha habido nada y que lo nuevo es pura basura. Se equivocaron entonces, llevan más de veinte años equivocándose y, según creo, también se equivocan sobre el ahora. Sus Alan Parsons y sus Mike Oldfield son los Manolo Escobar y Juanito Valderrama de sus padres.

Por Manolo Lay

Lo mejor: pese a que todas las canciones tienen unas letras excelentes y el sonido/melodía son frescos y potentes, la canción que hace referencia al título (La ley) es, probablemente, la canción más emblemática de la historia del pop hispano.

Anécdota: unos años después de este disco, en una tertulia radiofónica, dije lo que acabas de leer con esta pregunta: ¿Alguien es capaz de decir, hoy en día, que La ley no es la mejor canción pop hispana de la historia? Otro tertuliano me respondió: "Sí, yo: Cruz de navajas es mejor".



jueves, 14 de febrero de 2008

Pues claro que son otra cosa...


L-Kan - Somos otra cosa

Pocas veces el titulo de un disco resulta tan gráfico como este, tanto en lo que contiene el propio disco en sí, como en lo que podría ser una descripción global y bastante acertada, por cierto, del propio grupo responsable de firmarlo.
Empezaré mi crítica del nuevo disco de L-kan por el final. A saber; lo mejor, es que han logrado de nuevo engancharme y que me interese por ellos. Lo peor, que para muchos llega tarde y, durante su camino de moderneces, han perdido cierto fuelle y su pequeño hueco en la primera plana del indie-pop nacional (si es que alguna vez han estado en algún sitio que se pueda catalogar de algún modo). Somos otra cosa, en mi modesta y humilde opinión, entronca directamente con los mejores momentos de Cosas que miden poco y Superenserio, con sus canciones más directas, sencillas y cotidianas en su concepto, temas que solo pretenden que te sientas bien. Pertenecen a esa rama de la música pop que no tiene complejos, que no te hace pensar sobre el profundo y oculto sentido de la vida, ni te impulsan a plantearte lo miserable de tu existencia cada noche cuando lo escuchas a oscuras en tu habitación. Todo eso está muy bien, y todos lo necesitamos en determinados momentos de nuestra vida. Pero lo otro, el evadirse a través de una canción que cuya única intención es arrancarte, tal vez, una sonrisa y un movimiento de cadera, es igualmente necesario e importante. En este disco los Kan vuelven a conseguir que no nos perdamos ni una coma de sus letras. Al principio con sorpresa (¿pero en serio están diciendo esto?) y después con la más totalidad de las normalidades, las haces tuyas.

Hablan de cosas cotidianas, como decía, recreando escenas y situaciones que a todos nos resultan familiares y cercanas pero de las que nadie esperaría que se pudiera escribir una canción, como el caso de los temazos Bailan, Señora, Un verano muermo, pero también se atreven con los temas universales como el amor (Echo de menos), el desamor (Todo lo que no, Me hago buzo), o las frustaciones de la vida en el siglo XXI (Yo os comprendo a todos), por poner algunos ejemplos. Todo ello, sobra decirlo, bajo un punto de vista de lo más singular y propio.

Así que poco más puedo decir más que animaros a escuchar con las orejas bien abierta lo que nos tienen que decir estos madrileños que, al fin y al cabo, no es más que atrevernos, de vez en cuando, a ver la vida desde el lado que brilla...

Por Rose

www.lkan.com
Vídeo de Todo lo que no
Vídeo de Bailan en los Conciertos de Radio 3
www.myspace.com/eurovision2008
Para votarles para que vayan a Eurovisión... Yo eso no me lo perdería por nada...

miércoles, 13 de febrero de 2008

EL EPÍLOGO DE UNA ÉPOCA PUNK


Siouxsie – Mantaray

Este es el primer álbum en solitario de Siouxsie tras pasar 30 años de carrera a caballo entre las bandas The Creatures y (sobre todo) Siouxsie and the Banshees. Y este hijo de Siouxsie como madre soltera le ha salido inmaculado casi en su totalidad; De hecho, ha sido mimado y acariciado por toda la crítica. Es muy pop, muy electrónico, muy glam, muy retro y muy exagerado. Podría haberse titulado VERY si no se le hubieran adelantado ya los Pet Shop Boys.

Al grupo Siouxsie and The Banshees los estuve ignorando toda la vida hasta que, viendo los títulos de crédito de Batman Returns allá por el 92, escuché ese picasso de la música que es Face to Face. Poquísimo después de ponerle banda sonora al hombre murciélago, Siouxsie and the Banshees se disolvieron. Como Miss Marple, yo había llegado prácticamente a la hora de la muerte; Y como la heroína de Agatha Christie, me puse a investigar sobre el cadáver del grupo y descubrí una banda drogadicta y sexpistolera con un pasado muy punk (aunque luego se metamorfosearon en algo mucho más pop) y lleno de dramas. Y también me topé con unos grandes éxitos que eran siniestros y brillantes y que los habían convertido en un grupo de culto.

De todos modos Siouxsie no murió artísticamente sino que, junto con su marido, continuó dando gritos y guitarrazos con el horroroso nombre de The Creatures. No sé si hicieron cosas buenas o malas porque, por lo que sea, volví a perderles la pista. Pero en el 2007 Siouxsie decidió que su marido era un patán y una patada fue lo que le dio y, para hacer algo con su tiempo, lanzó recientemente esta maravilla que tengo entre manos y en la que pone a caldo a su exmarido. (Lo que demuestra que a veces se pueden lavar los trapos sucios en público si se hace con buen gusto)

Siouxsie es una de las vírgenes adoradas por Alaska y esta mexicana es una de esas mujeres que nunca se equivoca a la hora de elegir sus ídolos. Probablemente ahora, a nivel artístico, las 2 viven en mundos bastante separados. Pero hubo un tiempo (cuando Alaska era más gótica que la catedral de Burgos) que ambas iban de la mano por la misma senda y todo el mundo daba por sentado que habían sido separadas al nacer. Ahora Alaska ha pasado a otro nivel (mucho más Pet Shop Boys, y esta es la segunda referencia que hago a los británicos), mientras que Siouxsie continúa atrapada en su cárcel gótica y siniestra, y esa cárcel es más sexy, más pasional y más gay que la del expreso de media noche.

- José Manuel Pozo

Las 4 mejores cosas del disco: Su voz de travesti - La canción Into A Swan - Ese intento de ser Shirley Bassey (cantándole a James Bond) en Here Comes The Day – Y que el título del disco sea el nombre de un pez cartilaginoso con un aguijón que parece un lático y que es venenoso como un cobra; Un título tan rotundo como el disco.

Lo peor: que el segundo single fuera About To Happen. Los temas 4 o 5, sobre todo el 5, hubieran sido mucho más resultones.

martes, 12 de febrero de 2008

Los capirotes son para el verano




Pet Shop Boys – Release


¿Por qué Release pasa por ser uno de los discos de los Pet Shop Boys más maltratados tanto por la crítica como por sus propios fans? ¿Y por que es uno de mis discos favoritos al que vuelvo una y otra vez sin cansarme? Veamos.

En 2002 los PSB sacaron este disquito proclamando a los 7 vientos que se pasaban a las guitarras, que se volvían más íntimos y personales, y que se alejaban del dance y la electrónica para reinventarse en un estilo más cercano al rock. Así visto, este statement da un poco de miedo, pero Release tiene realmente poco que ver con el rock.

Lo que está muy claro es que con Release descansaron un poco de los ritmos frenéticos y se decidieron a hacer temas más sencillos y directos donde de vez en cuando suenan guitarras (las toca nada más y nada menos que Jonhy Marr) y es menos sintético (las percusiones son de Jodi Linscott habitual de Bob Dylan)

El primer single fue Home and Dry, y desde el principio los fans lo odiaron. Una canción sencilla, con la guitarra de Jonhy y la voz de Neil diciendo suavemente aquello de ‘could be here with me but i wont see you’ Yo desde la primera vez que la escuché pensé que era un clásico. Tampoco ayudó demasiado el videoclip, al que no le vieron el glamour que el dúo supuestamente necesitaba: se suceden imágenes en video digital de ratas entre las vías del metro mientras ellos tocan de forma casual en un escenario algo cutre. Videoarte dirigido por Wolfgang Tillmans poco apto para la MTV.

El segundo single fue I get along, otro de los grandes temas de Release. Ni rastro de la electrónica que caracteriza al grupo, y sí, batería y guitarras acompañando a una melodía preciosa. Para el videoclip esta vez no se quisieron pillar las manos y llamaron a su amigo Bruce Weber para que sacara a unos cuantos guapos y guapas dando saltos, pero ni por esas, no se podía bailar y los fans decían que nanai.

El tercer y último single del disco fue London. Una de mis canciones preferidas de los PSB de todos los tiempos. Comienza con una guitarra acústica acompañando a Neil y avanza con un ritmo más electrónico y un pianito. En el videoclip, ellos tocan en plan artistas callejeros por sitios muy reconocibles de Londres dirigidos por Martin Parr, con el que cierran esta trilogía de fotógrafos. Pero a estas alturas ya estaba casi todo dicho y el resto vino de seguido, el disco no gustó y fue un pequeño fracaso.

El LP de la flor en la portada de los PSB es una colección de canciones pop cristalinas, sin fanfarria ni capirotes. Un clásico que el tiempo ya se está encargando de poner en su sitio. Y es que claro, si se hubiesen disfrazado un poco lo mismo triunfan.

Davis

Anotación 1: adoro los disfraces, los PSB más desatados y un buen bombo a 175.
Anotación 2: en el blog hay un experto en los PSB, así que espero no haberme equivocado en ningún detalle.

Primer single: Home and Dry
Segundo single: I Get Along
Tercer single: London

lunes, 11 de febrero de 2008

EXPIACIÓN Y REDENCIÓN




LOW - DRUMS AND GUNS


Al principio fue la palabra, después las guitarras y sampleados y finalmente las bases electrónicas.

Más o menos eso viene a ser Drums and Guns, lo último de esa brutal banda llamada Low. Producido por Dave Fridmann, antiguo najista de Mercury Rev y productor de numerosas bandas indies, este disco es algo más, supone una ruptura total (a nivel de producción) con lo que habían grabado anteriormente.

Para los no iniciados, Low es una de esas bandas que toca un acorde cada 15 segundos, el llamado slowcore; formada por el matrimonio entre Alan Sparhawk y Mimi Parker y un nuevo bajista, Matt Livingstone, el anterior se fue tras terminar la gira del anterior disco The Great Destroyer. Después de dicha gira el guitarrista y vocalista Alan sufrió una depresión de caballo que estuvo a punto de acabar con la banda, una especie de crisis existencialista que explicó en una carta a los fans del grupo. Y es que Low se toman la música muy en serio, son mormones, así como lo oís, sin embargo no es un grupo de sermones morales, más bien de catarsis espiritual. Durante este periodo de ‘reflexión’ probablemente surgió la idea de crear algo nuevo, diferente que rompiera con aquello que le había ‘destrozado’ (pillais el juego de palabras?:P). Y así tras un disco muy guitarrero, bien podría decirse macarra y para mí bastante irregular decidieron jugar con bases electrónicas y crear sonidos de guitarras más que arpegios y acordes. Junto a una producción muy cuidada tanto por la contención como por la elección de los instrumentos, Low y Fridmann crean unas canciones compactas, sintéticas, más frias que en anteriores trabajos y bastantes más cortas de duración. Los juegos de voces resaltan sobre la base musical, en ocasiones van acompañadas de apenas un bombo y bajo, en otras aparecen samples de voces modificadas, algún violín y pianos.

Aparte de todo esto, lo que sobresale y rompe es el uso de las bases electrónicas, muy simples pero muy cuidadas, a veces muy en la línea de las baterías de Mimi, a veces algo más trabajadas y en el tema 'Always Fade' incluso te incitan a moverte como si tocaras maracas. Pero no nos engañemos, este trabajo surgió de una depresión y de las depresiones solo salen temas oscuros, y aquí nos hablan de guerras, muerte, violencia, etc. Aunque hay algún espacio para temas algo más positivos y desenfadados como 'Hatchet', donde habla de enterrar el hacha de guerra como los Beatles y los stones.

Y tampoco nos engañemos, si a este disco le quitas las bases, le quitas los arreglos externos y te quedas con batería, bajo, guitarra y las voces de Alan y Mimi no se diferencia tanto de discos como Secret Name y The Curtain Hits the Cast, sobre todo en el principio y final. Y esto es lo que me gusta más ya que me parecen sus mejores trabajos. Creo que superan así a los 3 anteriores, donde se hacían excesivamente largos y repetitivos. Aquí dan un paso muy arriesgado, es un disco que puede parecer inferior, sin embargo crece y crece a cada escucha, es más directo, no existe esa atmosfera profunda creada a base silencios pero siguen emocionando igual, estremecen como siempre esas melodías oscuras, sus voces agónicas y bellas, sus coros interminables (aquí más que nunca), y así Drums and Guns se convierte en un disco enorme. Low es una banda única, de esas que merece la pena seguir en cada paso que dan, y aquí Alan nos demuestra que queda Low para rato.
Amén.

Santeuil


Lo mejor: que lo escuches
Lo peor: que no lo tengas
Discográfica: SUBPOP