BUCEANDO EN LAS DELICIOSAS SIMAS DE LA PSICOTRONÍA.
Sevilla, viernes 6 de junio, 12 de la noche. En una ciudad turbada por la celebración del Festival Territorios, tiene lugar un evento musical que invita a todas las criaturas de la noche a bucear en las simas de la psicotronía. Nos referimos, como no podía ser de otra manera, a la última fiesta de La Mujer Barbuda, esta vez disfrazada de “Noche de Gala” y contando con la presencia estelar de formaciones que difícilmente podrán volver a verse reunidas bajo un mismo cartel: Walkie Talkie, Zaragozana y Electronikboy. Los que allí estuvimos fuimos testigos de algo diferente, somos conscientes de ello y sabemos que ya nada volverá a ser como antes. Los que no estuvieron siempre podrán leer este blog e intentar imaginar algo de lo que allí ocurrió (menos da una piedra).
Todos los asistentes sabíamos que la “sala de fiestas Obbio” no está realmente preparada para albergar conciertos, que con el actual equipo aquello no puede sonar bien de ninguna de las maneras, pero todo eso nos daba igual. Sabíamos que es en esos momentos de adversidad técnica cuasiextrema donde se forjan los mitos, donde nacen las leyendas, donde se alimentan los sueños más bizarros.
Walkie Talkie se encargó de abrir tan selecta velada con una propuesta que a mi me recordó un tanto al Astrud prebatería (cantante con guitarra y teclados marcianos con vocoder). Ante un público difícil, excéntrico y exigente, Walkie Talkie cumplió su cometido con gran entusiasmo y fue calentando los motores del esperado estreno mundial del show de Zaragozana.
Zaragozana y su universo puppet
Para los que aún no lo sepan, Zaragozana es el reverso musical más bizarro de Davis Rodríguez y Mandy Jiménez, fundadores de la Mujer Barbuda y miembros de otras formaciones musicales de muy distinto pelaje (Sundae y Blacanova, respectivamente). Cuando la morralla mental supera la limitada capacidad craneana, es necesario inventar proyectos que permitan aliviar tensiones y reconducir toda esa energía de una forma creativa. Así nace Zaragozana, una forma de entender el mundo que oscila entre la venusiana excentricidad de Klaus Nomi y el folclore popular aragonés. Toda una declaración de intenciones que está llamada a escribir con letras doradas los más bellos pasajes del futuro del sello Austrohúngaro, a menos que un ataque de obnubilación mental de Manolo y Genís lo impida, claro.
Amparados por la suave intimidad de unas cortinas visillescas, Davis y Mandy comienzan su performace vistiendo moda nerd y fajín tradicional de la tierra del Ebro. Y ya desde la primera canción, voces y bases hacen notar sus principales influencias, tan exquisitas como atrevidas. Los asistentes comenzamos a sentir el drama de Mari Trini, la obsesión gastronómica de Edith Massey, la desidia vital de Mano de Santo, el pesimismo colonial de Paquito Clavel, las intrigas fellinianas de la Rata de Antequera, la sensualidad bisexual del Trío Acuario, el hórror vacui de Diamanda Galas…. Afrontando la adversidad de unos micrófonos obstinados en acoplarse, Zaragozana completa su set con una versión de la Velvet Underground, una clara metáfora de lo que allí estábamos viviendo y un perfecto broche de plata bañada en oro para una actuación inolvidable.
Finalizado el momento de intimidad pop de Zaragozana, llegó el turno de Electronikboy, proyecto techno-dance de Juani Mr^Fly y Xavi Sideboy encargado de poner el contrapunto frenético a una noche que aún depararía más de una sorpresa. Con una entrega absoluta on stage y una tablas enormes, Xavi consigue dinamitar la noche con una performance de padre y muy señor mío que sorprende a niños y a mayores. Aunque ubicado en el “background tecnológico” del escenario, Mr^Fly no le va a la zaga y da rienda suelta a su mejor repertorio de coreografías extremas. El difícil público de la fiesta termina por bajar la guardia y rendirse ante el dúo y, con el homenaje a Ultraceñidas de McNamara, llega el éxtasis.
Electronikboy on stage
Tras el éxito de Electronikboy, se produjo el momento más interesante de la noche, desde un punto de vista puramente sociológico. Utilizando el pretexto de algo parecido a un karaoke indie, miembros de diferentes bandas indies sevillanas presentes en la sala (algunos de ellos de incógnito) deciden dan rienda suelta a sus más bajos instintos, romper con las cadenas de su propio estilismo musical y dejarse ahogar en un pozo de frivolidad psicotrónico-musical sin fondo. Se vivieron momentos deliciosamente dantescos y componentes (sin identificar) de Sundae, Teo Sound System, The Remedies Girls, Blacanova o Tannhaüser lo dieron todo sobre el escenario. Especialmente destacable fue la actuación de estos últimos, improvisando una versión de Arcade Fire cuya filmación sería objeto de culto (véase la imagen). El gran triunfador de esta parte del festejo fue Raúl Alfindelcamino que, tras versionar el Crying Game de Boy George, dejó el listón tan alto que nadie pudo hacer nada por igualarlo.
Tannhaüser + Rocío dándolo todo
La Gloria de la Puerta Real