DURAN DURAN - Red Carpet Massacre
La portada de este disco, con esas modelos tan de Robert Palmer, no lleva a engaño: Duran Duran siguen anclados en los 80 (para suerte nuestra). Tras 29 años de carrera y 12 álbumes, en este nuevo nos vuelven a hablar de lo que siempre nos han hablado: de sexo y glamour. Lo único que ha cambiado es que, para esta ocasión, los británicos han optado por llamar a la puerta de Dios (o sea, del omnipresente Timbaland, que es el hada madrina de mil y un artistas de hoy en día) y de la mano derecha de éste (Nate Hills). El objetivo de arrimarse a tan buenas sombras era incoporarse a los nuevos tiempos que corren y, de paso, volver a vender como en los 80 (o sea, como rosquillas). Y aunque el experimento no ha salido muy bien a nivel comercial (de hecho, es uno de los grandes batacazos de su carrera), esta colaboración ha creado éxitos en potencia como Nite-Runner, Skin Divers and Zoom In (y esto tarde o temprano traerá su recompensa, que Timbaland es apostar sobre seguro). Por cierto, que el influjo de Dios no ha borrado el toque New Romantic de la banda como si de los pueblos de Sodoma y Gomorra se tratara: A pesar de la capa de hip hop, estos nuevos temas continúan recordando a los horteras eighties (aunque los Duran nunca hayan sido horteras; si acaso, flamboyant).
De todos modos, no todo lo que luce en este disco es oro. Simon Le Bon y compañía saben disimular con muchísimo arte la poca sustancia de muchas de sus canciones pero, conforme se escucha más el disco, van apareciendo los defectos; de forma que lo que parecía un sin fin de hits, acaba menguando en un puñado de buenas canciones. Esto es algo que pasa con cualquier disco de Moby o Seal (dos maestros a la hora de maquillar lo que no tiene por donde cogerse); Pero los autores de la mejor canción de James Bond no son tan tramposos como el marido de Heidi Klum (ni mucho menos como el tataranieto del escritor de Moby Dick) y, entre la paja, se pueden encontrar estas CINCO JOYAS DE LA CORONA (que son también las cinco más bailables y LO MEJOR DEL DISCO): The Valley (Habla de la búsqueda de la felicidad y comienza de una forma supermaquinera), The Nite Runner (Suena más Timbaland que ninguna otra y cuenta con Justin Timberlake, fan declarado del grupo), Skin Divers, Tricked Out (Es un tema instrumental que mezcla teclados intrigantes con guitarras locas a lo Guns N' Roses y, aunque hace presagiar descalabro, acaba siendo ultra resultona) y Zoom In (que con un estribillo súper pegadizo, habla del mundo virtual Second Life).
LO PEOR DEL DISCO (que es también la parte más retro):
- Fallind Down. Mal cosido entre la banda y Timberlake, gira alredeador de una caída de moto que viene a representar mucho más. Meláncolica y muy Duran Duran, es uno de los grandes agujeros del disco. No sé en qué estaban pensando cuando optaron por ella como primer single. El vídeo que lo acompaña es muy de bochorno.
- Red Carpet Massacre. Aunque la canción que da título al álbum es un poco horror, no puedo estar más de acuerdo con una letra que describe las alfombras rojas de Hollywood como campos de batalla, que es lo que realmente son (y es que es ahí donde se dan los premios más importantes).
- Box full o’honey. Podría estar en cualquier otro disco de DD sin desentonar lo más mínimo. Los Duran Duran dijeron que se habían olvidado de lo que habían hecho hasta entonces para abrazar los nuevos tiempos, pero 30 años de carrera son un lastre muy pesado para dejarlo ir tan fácilmente por mucho que Yahvé se haya metido por en medio.
- She’s Too Much. Simon Le Bon le dedica a la hija esta balada y, si la hija tiene un mínimo de buen gusto, espero que haya quedado horrorizada y, de paso, haya extraído varias conclusiones.
La portada de este disco, con esas modelos tan de Robert Palmer, no lleva a engaño: Duran Duran siguen anclados en los 80 (para suerte nuestra). Tras 29 años de carrera y 12 álbumes, en este nuevo nos vuelven a hablar de lo que siempre nos han hablado: de sexo y glamour. Lo único que ha cambiado es que, para esta ocasión, los británicos han optado por llamar a la puerta de Dios (o sea, del omnipresente Timbaland, que es el hada madrina de mil y un artistas de hoy en día) y de la mano derecha de éste (Nate Hills). El objetivo de arrimarse a tan buenas sombras era incoporarse a los nuevos tiempos que corren y, de paso, volver a vender como en los 80 (o sea, como rosquillas). Y aunque el experimento no ha salido muy bien a nivel comercial (de hecho, es uno de los grandes batacazos de su carrera), esta colaboración ha creado éxitos en potencia como Nite-Runner, Skin Divers and Zoom In (y esto tarde o temprano traerá su recompensa, que Timbaland es apostar sobre seguro). Por cierto, que el influjo de Dios no ha borrado el toque New Romantic de la banda como si de los pueblos de Sodoma y Gomorra se tratara: A pesar de la capa de hip hop, estos nuevos temas continúan recordando a los horteras eighties (aunque los Duran nunca hayan sido horteras; si acaso, flamboyant).
De todos modos, no todo lo que luce en este disco es oro. Simon Le Bon y compañía saben disimular con muchísimo arte la poca sustancia de muchas de sus canciones pero, conforme se escucha más el disco, van apareciendo los defectos; de forma que lo que parecía un sin fin de hits, acaba menguando en un puñado de buenas canciones. Esto es algo que pasa con cualquier disco de Moby o Seal (dos maestros a la hora de maquillar lo que no tiene por donde cogerse); Pero los autores de la mejor canción de James Bond no son tan tramposos como el marido de Heidi Klum (ni mucho menos como el tataranieto del escritor de Moby Dick) y, entre la paja, se pueden encontrar estas CINCO JOYAS DE LA CORONA (que son también las cinco más bailables y LO MEJOR DEL DISCO): The Valley (Habla de la búsqueda de la felicidad y comienza de una forma supermaquinera), The Nite Runner (Suena más Timbaland que ninguna otra y cuenta con Justin Timberlake, fan declarado del grupo), Skin Divers, Tricked Out (Es un tema instrumental que mezcla teclados intrigantes con guitarras locas a lo Guns N' Roses y, aunque hace presagiar descalabro, acaba siendo ultra resultona) y Zoom In (que con un estribillo súper pegadizo, habla del mundo virtual Second Life).
LO PEOR DEL DISCO (que es también la parte más retro):
- Fallind Down. Mal cosido entre la banda y Timberlake, gira alredeador de una caída de moto que viene a representar mucho más. Meláncolica y muy Duran Duran, es uno de los grandes agujeros del disco. No sé en qué estaban pensando cuando optaron por ella como primer single. El vídeo que lo acompaña es muy de bochorno.
- Red Carpet Massacre. Aunque la canción que da título al álbum es un poco horror, no puedo estar más de acuerdo con una letra que describe las alfombras rojas de Hollywood como campos de batalla, que es lo que realmente son (y es que es ahí donde se dan los premios más importantes).
- Box full o’honey. Podría estar en cualquier otro disco de DD sin desentonar lo más mínimo. Los Duran Duran dijeron que se habían olvidado de lo que habían hecho hasta entonces para abrazar los nuevos tiempos, pero 30 años de carrera son un lastre muy pesado para dejarlo ir tan fácilmente por mucho que Yahvé se haya metido por en medio.
- She’s Too Much. Simon Le Bon le dedica a la hija esta balada y, si la hija tiene un mínimo de buen gusto, espero que haya quedado horrorizada y, de paso, haya extraído varias conclusiones.
- Por José Manuel
7 comentarios:
pues que se anden con ojito con la Justin que es muy copiotas ella. Y lo vintage es lo que más le gusta a ella para estos menesteres.
deseoso ya de saber que ha hecho el Timba con la Mado y el JT...
Creo que se han hecho un lifting colectivo o algo así, ya que están más jóvenes que en los vídeos de hace 10 años. ¿Se confirma que Sundae+Blacanova+Tannhauser están preparando uan versión de "New Moon On Monday" a la limón o es sólo un bulo?
pues que te dedique una canción tu padre y ésta sea un fistro seguro que te marca de por vida... un besote.
¡I can't believe it! ¿Seal es el tataranieto del autor de "Moby Dick"?!!!!!!
Por cierto, tú adorabas esta novela,¿verdad?...;-P
más bien creo que Moby era el tataranietísimo... de ahí su original nombre artístico... a original no hay quién le gane
Bueno, esto de dedicar canciones a la familia pues claro, cuando esa niña crezca y tenga conciencia, lo mismo le hace arreglos al tema y, como chupará del bote de la música si es lista, hará una versión del mismo. Profetizado.
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