Iron & Wine - The Shepherd's Dog
Para estrenarme en este blog musical sevillano he tomado este The Shepherd's Dog, del grupo norteamericano Iron & Wine. Una banda liderada por el fantástico compositor Sam Beam.
Éste es su tercer disco de estudio tras The Creek Drank the Cradle de 2002 y Our Endless Numbered Days de 2004, además de otros cuatro eps, incluyendo In the Reins junto a sus compatriotas Calexico. Si en sus anteriores composiciones reinaba la austeridad instrumental, lo cual era al mismo tiempo su gran virtud, en The Shepherd's Dog ha intentando (para mi gusto con éxito) dar un paso hacia delante, completando su estilo habitual con un abanico de instrumentos y arreglos de lo más variopinto, como violines, bongos o palmas (geniales en el tema Boy with a Coin). Pero todo ello sin dejar de ser ellos mismo y sin salirse de la línea musical que la propia banda ha seguido desde sus inicios. Si escuchas cualquier canción del disco al instante reconoces que es de ellos, sobre todo por la particular voz de Sam. El hecho de innovar en la trayectoria de un grupo, en un 90% de los casos sale mal, algunas veces rematadamente mal, pero en ese escaso 10% puedes decir: “suena a ellos pero con otra cosita diferente, tú me entiendes”. El problema está siempre en haber hecho antes un gran disco, como le pasa a Iron & Wine con Our Endless Numbered Days y todo el mundo, bueno, no todos, normalmente los críticos de música esperan una siguiente obra maestra y todo lo que no está a la altura de “sus” expectativas se vuelve mediocre.
The Shepherd's Dog y en particular, Iron & Wine en general y Sam Beam en sí mismo, es folk, nuevo folk si queréis llamarlo así, con influencias de las música americana de las últimas décadas, desde los 60 hasta parte de aquello llamado indie-rock de mitad de los 90. Música que emociona, que se disfruta escuchando con serenidad, apreciando todos sus matices.
No es ni mejor o peor que sus anteriores trabajos, suena diferente con tantos instrumentos pero sigue teniendo igualmente grandes canciones como Pagan Angel and a Borrowed Car, House by the Sea, Boy with a Coin y Flightless Bird, American Mouth (me apuesto lo que sea a que aparece en algún capítulo de alguna serie americana, posiblemente de médicos, esta próxima temporada).
Por lo general esta nueva hornada de grupos folkis gusta más por otras tierras, sobre todo en la de ellos mismos. Si no, comparad las criticas de este disco en webs españolas y americanas. Ay, pero eso sí, luego todo el mundo adora a Dylan y Springsteen. ¡Escuchen más a Nick Drake almas cándidas!
Éste es su tercer disco de estudio tras The Creek Drank the Cradle de 2002 y Our Endless Numbered Days de 2004, además de otros cuatro eps, incluyendo In the Reins junto a sus compatriotas Calexico. Si en sus anteriores composiciones reinaba la austeridad instrumental, lo cual era al mismo tiempo su gran virtud, en The Shepherd's Dog ha intentando (para mi gusto con éxito) dar un paso hacia delante, completando su estilo habitual con un abanico de instrumentos y arreglos de lo más variopinto, como violines, bongos o palmas (geniales en el tema Boy with a Coin). Pero todo ello sin dejar de ser ellos mismo y sin salirse de la línea musical que la propia banda ha seguido desde sus inicios. Si escuchas cualquier canción del disco al instante reconoces que es de ellos, sobre todo por la particular voz de Sam. El hecho de innovar en la trayectoria de un grupo, en un 90% de los casos sale mal, algunas veces rematadamente mal, pero en ese escaso 10% puedes decir: “suena a ellos pero con otra cosita diferente, tú me entiendes”. El problema está siempre en haber hecho antes un gran disco, como le pasa a Iron & Wine con Our Endless Numbered Days y todo el mundo, bueno, no todos, normalmente los críticos de música esperan una siguiente obra maestra y todo lo que no está a la altura de “sus” expectativas se vuelve mediocre.
The Shepherd's Dog y en particular, Iron & Wine en general y Sam Beam en sí mismo, es folk, nuevo folk si queréis llamarlo así, con influencias de las música americana de las últimas décadas, desde los 60 hasta parte de aquello llamado indie-rock de mitad de los 90. Música que emociona, que se disfruta escuchando con serenidad, apreciando todos sus matices.
No es ni mejor o peor que sus anteriores trabajos, suena diferente con tantos instrumentos pero sigue teniendo igualmente grandes canciones como Pagan Angel and a Borrowed Car, House by the Sea, Boy with a Coin y Flightless Bird, American Mouth (me apuesto lo que sea a que aparece en algún capítulo de alguna serie americana, posiblemente de médicos, esta próxima temporada).
Por lo general esta nueva hornada de grupos folkis gusta más por otras tierras, sobre todo en la de ellos mismos. Si no, comparad las criticas de este disco en webs españolas y americanas. Ay, pero eso sí, luego todo el mundo adora a Dylan y Springsteen. ¡Escuchen más a Nick Drake almas cándidas!
Por Dindan
Sello: Sub Pop
Año: 2007
Lo mejor: la continuación a una discografía, hasta día de hoy impecable.
Lo peor: no es un disco tan redondo como el anterior ya que hay un par de cortes prescindibles.
Recomendación: escuchad sin falta The Trapeze Swinger, tema anterior que aparece al final de la película In Good Company.
Web oficial: Iron & Wine
Vídeoclip: Boy with a Coin
Año: 2007
Lo mejor: la continuación a una discografía, hasta día de hoy impecable.
Lo peor: no es un disco tan redondo como el anterior ya que hay un par de cortes prescindibles.
Recomendación: escuchad sin falta The Trapeze Swinger, tema anterior que aparece al final de la película In Good Company.
Web oficial: Iron & Wine
Vídeoclip: Boy with a Coin
1 comentario:
Take Iron and Wine!!!
Por cierto, si te gustan Calexico, he encontrado esto: http://www.youtube.com/watch?v=i3RIgXIdhaA
¡Con Françoiz Breut!
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