miércoles, 7 de mayo de 2008

MENTIRAS EN LA DISCOTECA

Este disco cuya portada parece un anuncio de Calvin Klein, está dedicado a la noche de New York y a sus clubs. La música, como todo lo que hace el descendiente del escritor de Moby Dick, es discotequera, más o menos previsible (lo que no tiene por qué ser malo) y, a ratos, melancólica. Pero ahora, además, sin la más mínima gracia (y esto sí que no era previsible).
Alguna que otra canción (como la 9, que es uno de los singles y que, por cierto, tiene un título maravilloso: DISCO LIES) empieza medioqué, pero rápidamente se mete en las arenas movedizas y aburridas de las que no saca cabeza el resto del disco.
Las últimas 4 canciones, al contrario que lo anterior, son súperlentas y apagadas. Igual que la carrera de Moby.

J.M.P.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Moby es LO PEOR. Pero tus críticas son lo más.