miércoles, 2 de abril de 2008

TONTIPOP NEOCELANDÉS



Flight of the Conchords

Flight of the Conchords es una de las nuevas series del mejor canal de TV del mundo (HBO, responsable de obras de arte como Los Soprano, Dos metros bajo tierra, Sexo en Nueva York o Roma) y, como la película Once, viene a ser un biopic disfrazado de musical.

La serie es una comedia de situación con números musicales protagonizada por una banda (que responde al mismo nombre que el título de la sitcom) que ya existía en la vida real y que se interpreta a sí misma. Esta banda está compuesta por dos neocelandeses que tanto detrás como delante de las cámaras han buscado el éxito en Nueva York y que probablemente deben ser lo más parecido que tiene Nueva Zelanda a Chico y Chica (aunque sin el ramalaza discogay de los maravillosos bilbaínos). En la serie los protagonistas viven sumidos en la pobreza y rodeados de gente bastante extravagante que suelen hundirlos más todavía si cabe en la miseria; Bret y Jemaine (que así se llaman los protas) se desahogan de tanto acoso con canciones a modo de monólogos llenas de letras ingeniosas y acompañadas casi siempre por guitarras. Y estos temas beben de fuentes tan variopintas como David Bowie, Daft Punk o Pet Shop Boys, aunque también se entregan al funk, al rap o a lo que haga falta.

Probablemente, mi canción favorita es cuando aparecen (creo que fue en el segundo episodio) disfrazados de Daft Punk en cutre. La canción se titula Robots y, si hubiera justicia en este mundo (que está claro que no), se convertiría inmediatamente en un clásico.

También demuestran un gran olfato a la hora de elegir sus musas cuando en uno de los primeros episodios de la primera temporada juegan a ser los Pet Shop Boys en ese falso West End Girls que es Inner City Pressure (canción en la hablan de un tema muy recurrente en la serie: la continua bancarrota en la que viven).

Robots
- José M. Pozo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta innercity pressure!!!

Anónimo dijo...

El vocoder de Inner City Pressure da mucho miedo, sobre todo cuando hace el playback una señora que pasa por la calle.